Un día de Mierda!!!

Un día de Mierda!!!

Pequeño malestar causado por un cólico intestinal debido a unos chicharrones en Villa Mella que me comi con sus respectivos patacones, yuquita frita, cevjchito de platano y demás hiervas aledeñas, nada que no pudiera aliviarse.

Pero atrasado como estaba para agarrar el Autobús que me llevaría al aeropuerto Juan Santamaria, de donde partiría rumbo a Houston en un viaje de negocios decidí aguantar un poco. “Al fin y al cabo, son solo 15 minutos de aquí a allá. Llegando, tenía de sobra tiempo para ir al baño tranquilo” El avión partiría a las 4:30, Entrando al autobús, sin sanitarios, sentí la primera contracción y caí en cuenta de que mi embarazo fecal había llegado al noveno mes y que pariría tan pronto como entrara al baño del aeropuerto.

Voltee hacia un amigo que me acompañaba y sutilmente le dije: “Mae, casi no puedo esperar a llegar a ese aeropuerto de mierda porque necesito con urgencia ir a un baño”. En ese momento, sentí como un punzon pellizcándome los interiores, pero puse fuerza de voluntad y apreté con fuerza las nalgas. El autobús ni siquiera había arrancado cuando para mi desespero una voz dijo por el micrófono: “Señoras y señores, nuestro trayecto entre la parada y el aeropuerto se llevará alrededor de una hora por un desvío que hay por la rescontruccion de la capa asfaltica.

Entonces ese cólico interno se volvió como loco, queriendo salir a cualquier costo! Hice un esfuerzo sobre humano para aguantar la mierda que estaba a punto de salir en ese momento. Sudaba frío y en chorros. Mi amigo se dio cuenta, y como buen amigo que era aprovechó para carraspear un poco la garganta. En ese momento me tiré, un pedo y el alivio provisional me indicaba que por lo menos por ahora las cosas se habían aplacado.

Intentaba distraerme viendo el paisaje, pero sólo conseguía pensar en un baño. Y entonces sin darme cuenta sentí un bulto acolchando entre mi trasero y el asiento del autobús, y me di cuenta consternado que me había cagado. Una mierda sólida y comprimida . De esas que dan náuseas. Miré a mi amigo, buscando un poco de solidaridad, y confesé seriamente: “Mi pana, me cagué”

Cuando terminó de reírse, como cinco minutos después me aconsejó que me quedara en el peaje de la autopista y que me limpiara en cualquier parte. Pero decidí continuar, pues ahora todo estaba bajo control. “Que carajo, me limpio en el aeropuerto”- pensé “peor que esto
no puede pasar ya”. Ni siquiera se había movido de nuevo el autobús, y otro cólico comenzó más fuerte. Me concentré mirando un punto fijo, me agarré de la silla, pero no lo pude evitar, y sin mucha ceremonia vino el segundo desenlace de mierda. La caca nueva se pego con la otra que ya se estaba secando un poquito. Esta vez como pasta al dente. Eso fue mierda para
todos lados, borrando, calentando y empegostandome las nalgas, la parte de abajo de la camisa, piernas, tobillos, pantalones, medias y pies. Y seguida llegó otro cólico más anunciando más mierda, ahora liquida, de las que queman el aire saliendo rumbo a la libertad, hasta podia sentir los frijoles del gallo pinto de la mañana. Y después un pedo tipo sonoro, que ni siquiera intenté aguantar, la cebolla del gallo pinto se podia oler tambien. A fin de cuentas, ¨ qué era un pedito para quien ya está todo cagado?
Ahora, el pedo salió como pesado, porque me cague por cuarta vez. Mi amigo
quería tirarse del bus y todo el mundo estaba con un pañuelo en la nariz, recordé a un amigo que una vez tenia tanta cagadera que decidió ponerse un pamper pero se la puso con las líneas adhesivas hacia arriba y cuando se lo fue a quitar se llevo juntos la mitad de los pelos del culo. Pero era demasiado tarde para tal pamper absorbente. Había cagado tanta mierda que ni un camión cisterna a presión, podía ayudarme a limpiar tanto desastre.

Finalmente, llegué al aeropuerto y saliendo como un bólido pero con pasos cortos le pedí a mi amigo que recogiera mi maleta del maletero y la llevara al baño del aeropuerto para que pudiera cambiarme de ropa. Pedazos y liquidos de caca se podian observar saliendo de mi pantalón.

Corrí al baño y entrando de compartimiento a compartimiento, me di cuenta que no había papel. Mire al cielo y blasfemé ” HIJUEPUTA!!!? Me cago en mil demonios, Ya basta, no?”

Entré en el ultimo baño y me quité toda la ropa para analizar mi situación y esperar mi maleta con ropas limpiecitas y olorosas, y con eso un poco de dignidad para terminar el día. Mi amigo entró al baño apurado, ya había hecho el chequeo de las maletas e iba corriendo a intentar aguantar el avión. Me tiró por encima de la puerta el boarding pass y un maletín de mano, y salió antes de que yo pudiera recordarle a su mamá. El había despachado mi maleta con ropas. En el maletín de mano solo tenia un poloshirt con cuello en V. Desesperado, comencé a analizar cuáles de mis ropas serían de alguna manera aprovechable. Los calzoncillos a la basura.
La camisa: era historia. Los pantalones estaban llenos de mierda y habían cambiado de color como las medias, que fueron teñidas de mierda. Mis zapatos sacaron un 3, en una escala del 1 al 20. Tendría que improvisar: lainventiva es la madre de la necesidad en estos casos. Entonces, transformé un simple inodoro en una magnífica lavadora. Volteé los pantalones del lado inverso, me agarré de la barra, y sumergí el pantalón en el agua. Mis manos llenas de caca de varios colores se ponian arrugadas.
Comencé a bajar el inodoro una y otra vez, hasta que la mayor parte de la mierda se desprendiera. Estaba listo para embarcar. Salí del baño y atravesé el aeropuerto con dirección a la puerta de embarque usando zapatos sin medias, los pantalones al revés, mojados de la cintura hasta las rodillas (no exactamente limpios) y el poloshirt con cuello en V, sin camisa. Pero caminaba con la dignidad de un Lord. Embarqué en el avión, donde todos los pasajeros estaban esperando sonrientes al “CAGON QUE ESTABA EN EL BAÑO”. Algunos no aguantaron y explotaron de la risa. Con la frente bien alta atravesé entonces el corredor hasta mi asiento, todos aplaudían y rápidamente me senté al lado de mi amigo que no paraba de reírse a carcajadas. La azafata, muerta de la risa, me preguntó si necesitaba algo. Llegué a pensar pedirle una gillette para cortarme las venas, pues no podía disfrazar el olor de fosa común y pozo septico que tenía, pero decidí responderle:

“NADA, MUCHAS GRACIAS, YO SOLO QUIERO OLVIDARME DE ESTE DIA DE MIERDA”

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